Cómo airear y escarificar tu césped: 10 consejos sencillos

Una vez que tienes cubiertos los básicos con un riego adecuado, buenos cortes de césped y un abonado periódico, es hora de que te plantees otros cuidados menores, que sólo hay que realizar ocasionalmente, pero que traerán grandes beneficios a tu césped natural.

Nos referimos al aireado y al escarificado.

Si quieres saber cómo hacerlo bien, sigue leyendo nuestra lista de 10 consejos sencillos para un buen aireado y escarificado de tu césped.

10 consejos sencillos sobre cómo airear y escarificar tu césped

1. Entiende qué es airear

Airear el césped consiste en practicar pequeños agujeros en la tierra, de unos 10 centímetros, para permitir que se oxigene.

¿Por qué debemos hacerlo?

Con el paso del tiempo el suelo se compacta, sobre todo si se pisa mucho o si es muy arcilloso.

Esto provoca que el aire, el agua y los nutrientes no puedan penetrar bien hasta las raíces del césped, de forma que éste no puede crecer ni fortalecerse adecuadamente.

En estas situaciones verás que a veces hay agua encharcada en la superficie incluso regando la misma cantidad y con la misma frecuencia que antes. Si el césped está en pendiente, verás también que el agua corre por ella, sin ser absorbida por el suelo.

2. Entiende qué es escarificar

Esta labor consiste en arañar el suelo de manera superficial para eliminar el fieltro.

El fieltro es una capa en la superficie del suelo del césped que se forma por tierra mezclada con restos de hojas, tallos y raíces.

Hasta cierto espesor (1 centímetro o menos), es beneficiosa por varios motivos:

– actúa como abono natural y aislamiento ante temperaturas extremas

– mantiene la humedad del suelo

– proporciona una capa de amortiguación agradable para su uso.

Cuando el espesor es mayor, puede reducir significativamente la cantidad de aire, agua y abono que llega a las raíces. Además puede favorecer la aparición de hongos y enfermedades.

Al igual que con el problema de la compactación que vimos antes, si el agua forma charcos donde antes no lo hacía, o si corre cuesta abajo, puede ser un problema de excesiva cantidad de fieltro.

Puedes verlo si levantas un trozo de tu césped. Es la capa de raíces viejas y de color marrón grisáceo que se apelmazan a nivel del suelo. Si mide más de 2 centímetros, es hora de escarificar.

3. Planifícalo

No esperes a ver los charcos que hemos mencionado antes para airear y escarificar tu césped. Puede que entonces no sea el mejor momento para hacerlo.

Lo más conveniente es que planifiques hacerlo una vez al año.

¿Cuándo? A mitad de la primavera, cuando el césped está en su momento de mayor crecimiento y se puede recuperar más fácilmente de cualquier cosa que le hagamos.

Si tu césped, o parte de él, no se pisa mucho o el suelo es más arenoso que arcilloso, puedes plantearte hacerlo cada dos años, por lo menos en las partes menos afectadas por la compactación o el fieltro. Pero, en cualquier caso, procura que sea en primavera.

Si los problemas de tu césped son muy acuciantes o las actuaciones de primavera no fueron buenas, puedes plantearte hacerlo también en otoño.

4. Cómo airear tu césped

Para airear existen distintas herramientas en el mercado que puedes usar.

Hay horcas de cava o aireadores manuales que puedes usar si tu césped es pequeño. Son herramientas con una hilera de 4 o 6 púas que se van pinchando a intervalos regulares y extraen pequeños bocados de tierra. Suelen tener dos mangos unidos por una tabla que se pisa para hacer fuerza con el pie y clavarla más fácilmente.

También existen zapatos de aireador, que son unas piezas que se colocan en los pies, con puas en la base y que se van clavando según caminas sobre el césped. Éste método es el más divertido.

La separación entre agujeros debe ser de unos 10 centímetros.

Para jardines más grandes, existen los rodillos o rulos aireadores, que son máquinas con ruedas de unos 50 centímetros de ancho con púas en distintas hileras. Es un sistema mucho más rápido y eficaz que los anteriores, sin ser demasiado caro.

Y finalmente están las máquinas profesionales, mecánicas y de gran tamaño, para espacios más grandes y que requieren aireados constantes.

4. Cómo escarificar tu césped

Si tu jardín es pequeño, puede ser suficiente con usar un rastrillo escarificador manual. Se va arrastrando mientras se araña con fuerza la superficie del césped hasta los 3 ó 4 centímetros de profundidad. Es un trabajo que exige fuerza y es bastante cansado.

Para jardines de más tamaño (incluso para los pequeños, si no te ves con fuerza o ganas suficientes) lo conveniente es que usar una máquina escarificadora que suele consistir en un rodillo mecánico con cuchillas verticales que va cortando la capa de fieltro.

5. Humedece y corta antes

Antes de empezar con la aireación o el escarificado, asegúrate de haber regado bien el césped y que la tierra no está demasiado seca cuando vayas a trabajarla.

También es bueno que el césped esté corto.

Ambas cosas harán que la tarea sea más fácil y queden menos restos después.

Lo que no conviene es que el césped esté recién abonado. El abonado conviene hacerlo algunas semanas antes del aireado y escarificado, o si no puede ser, justo después.

6. Cuidado con romper lo que no debes

Asegúrate de marcar cualquier cabeza de aspersor, cañeria de irrigación o de desagüe o línea eléctrica que sean demasiado superficiales antes de airear o escarificar, para evitar romperlas al pasar sobre ellas.

7. Haz dos pasadas

La aireación conviene hacerla en función del grado de apelmazamiento que tenga la tierra en cada lugar del jardín.

Para zonas donde ésta sea muy grave, conviene pasar varias veces la máquina, dejando menos de 10 centímetros de espacio entre agujeros. Para las zonas donde no haya este problema, podemos no hacer nada.

El escarificado es mejor hacerlo en dos pasadas, la segunda perpendicular a la primera, de forma que se crucen.

8. No te asustes al acabar de escarificar

El escarificado hace un verdadero destrozo en tu césped. No te preocupes, se recuperará con bastante rapidez, sobre todo si lo has hecho en primavera u otoño, que es cuando está más fuerte y crece con más vigor.

Al acabar, quita todo el forraje y deshechos que hayan quedado con un rastrillo de púas flexibles y luego pásale el cortacésped, para que succione los restos que todavía queden y los triture o los guarde.

9. Aplica recebo después de escarificar o airear

Después de escarificar o airear el césped conviene abonarlo o recebarlo y regarlo.

¿Qué es recebar?

Recebar un césped consiste en aplicarle una ligera capa de mantillo mezclado con turba y arena de sílice que rellene los huecos practicados en el terreno, de forma que actúe como abono orgánico.

Riégalo después para que se asiente y pueda aprovecharlo.

También puedes aprovechar para hacer una resiembra antes y que las semillas queden enterradas por este recebado.

10. Todo junto

Como resumen, todos los años debes hacer un escarificado a mitad de primavera, unas semanas después del abonado. Al acabar aplica abonos químicos o un recebado con mantillo, turba y arena. Riégalo después.

El aireado también es conveniente, pero mira si es necesario hacerlo todos lo años y en todas las zonas del jardín o si puedes limitarlo en frecuencia y extensión.

Y luego en otoño, si te ves con ganas, puedes plantearte escarificar otra vez. Al césped le vendrá bien.