Plantar césped en verano

No todas las variedades de césped son adecuadas para plantar césped en verano. Sin embargo algunos tipos de semillas crecen bien en estos meses, pero requieren algunos cuidados especiales.

Cuál es el mejor momento para plantar césped

El mejor momento para plantar césped depende de la región en la que se encuentre el jardín y el tipo de césped que se quiera sembrar.

En climas templados como el mediterráneo, la siembra de césped adecuado para este clima debe hacerse entre primavera y, como muy tarde, a principios del verano, para que los resultados sean satisfactorios.

El césped de clima templado viene originalmente de zonas tropicales y una vez que madura y se establece es capaz de sobrevivir los calores más extremos y extensas insolaciones.

Crecen especialmente bien en temperaturas entre los 20 y los 35 grados centígrados y sus semillas necesitan un suelo menos frío que otras especies para germinar bien. La temperatura ideal del suelo para esto está entre los 18 y los 20 grados centígrados.

Plantar césped en el calor del verano

Si quieres plantar césped en el periodo más duro del verano, en regiones donde estos meses son calurosos y secos, sigue estos consejos. Valen para plantar un jardín entero o para cubrir calvas o zonas deterioradas de un jardín ya establecido.

Usa semillas de buena calidad

Si quieres cubrir o mejorar zonas de un jardín existente y que, por otro lado, tiene buena salud, lo mejor es usar semillas de la misma especie que ya esté establecida.

Si, a pesar de todo, la desconoces o la quieres cambiar por otra, tendrás que pedir asesoramiento.

Acude a la tienda especializada más cercana o de mayor confianza y plantéales tu objetivo. Te sabrán decir qué semilla es la mejor para lo que pretendes. Sigue las instrucciones del personal y de las etiquetas del producto que adquieras finalmente.

Prepara bien el terreno

Antes de plantar el césped en verano, como en cualquier otro momento del año, hay que dejar el terreno lo mejor preparado posible para que la siembra tenga éxito. 

Tanto si hay que hacerlo en todo el jardín como si es sólo en algunos parches con calvas o césped estropeado, tendrás que airearlo y escarificarlo. Esto ayudará a que la tierra se pueda oxigenar y que el drenaje del agua del riego o de la lluvia sea adecuado para el crecimiento del césped que vamos a plantar.

Sé muy meticuloso con los riegos

Si quieres tener un césped verde y espeso al final, es muy importante regarlo bien al principio. Cuando hayas plantado las semillas, los 2 ó 3 centímetros más superficiales del suelo deben estar permanentemente húmedos, sin llegar a estar encharcados, para que las semillas germinen bien.

Esto lo conseguirás mojando el césped una o varias veces al día con una cantidad moderada de agua, que normalmente estará entre 2 y 4 litros por metro cuadrado. Lo mejor, no obstante, es que compruebes directamente cómo está el césped para ir ajustando esta cantidad a lo que de verdad necesite para alcanzar ese estado de humedad permanente.

Ten en cuenta de que si hace mucho calor, muy seco y tu jardín está muy expuesto al sol, la evaporación será intensa en las horas centrales del día, por lo que los riegos en esos momentos tendrán que ser más frecuentes.

Una vez que las semillas hayan germinado y empiecen a aparecer briznas de hierba, ve reduciendo la frecuencia de los riegos, pero no modifiques la cantidad. Lo ideal es que la superficie siga húmeda hasta los 2 ó 3 centímetros de profundidad pero que cada vez haya períodos más largos en que quede algo más seca hasta el siguiente riego.

Esto ayudará a que las raíces del césped tiendan a profundizar más y a arraigar mejor.

Según crezca la hierba, sigue reduciendo la frecuencia de los riegos hasta dejarlos en uno al día si estás ya en pleno verano. La regla general es que no debes dejar que el suelo se seque por completo. En este punto ya, cuando la hierba tenga altura para el primer corte, los riegos deberán ser uno por día, de unos 15 ó 20 litros por metro cuadrado para que el suelo esté húmedo hasta una profundidad de unos 10 ó 15 centímetros y debe llegar más o menos seco a la siguiente sesión de riego.

Este es el estado en que debe estar un césped maduro.

Ten cuidado con los días calurosos y muy húmedos

Si se prevén tormentas copiosas, no es buen momento para plantar un césped en verano. Las temperaturas muy altas combinadas con un exceso de agua crea unas condiciones especialmente malas para el césped, en las que no hay oxígeno en el terreno para que respiren las raíces.

Si ocurre esto, no podrán absorber los nutrientes y el agua del suelo. Y si son muy jóvenes, recién sembradas, morirán.

Las noches demasiado calurosas y con exceso de humedad (como las que pueden darse en zonas próximas a la costa o a otras grandes masas de agua) también son especialmente estresantes para el césped joven. Puede enfermar con facilidad por hongos u otras especies dañinas para él y que proliferan en estas condiciones.

Para prevenir estos problemas, asegúrate de que la zona en que se vaya a plantar el césped en verano tenga buen drenaje antes de la siembra.

Sigue al pie de la letra las dosis de semillas por unidad de superficie que se especifique en las etiquetas de la bolsa de semillas que hayas adquirido y usa un buen esparcidor para asegurarte de hacer un reparto lo más homogéneo posible.

Si lo haces a voleo (con la mano) te va a quedar peor y no es un momento en que el césped pueda soportar cualquier condición.

Si hay demasiada densidad de semillas intentando crecer en el mismo espacio se reducirá la circulación de aire y el agua se evaporará peor y las condiciones serán más propicias para que el césped coja enfermedades.


Si quieres más detalles sobre cómo hacer una resiembra en tu jardín, los damos en nuestro artículo sobre cómo resembrar un jardín. Y si estás interesado en saber más detalles sobre la forma correcta de regar tu jardín, lee nuestro artículo sobre cuánto y cuándo regar el césped.